Cada recuerdo tiene un olor.
Cada olor tiene una canción.
La piel se vuelve erisa cuando intento recordar algún momento y recordar aquel olor.
El olor del tabaco a cambiado, ahora es un poco desagradable.
Antes ni me molestaba ni un poco.
El olor del tabaco cuando llueve es cuando lo disfruto, tanto el humo como fumarlo.
Me recuerda los últimos días de secundaria.
Cuando me salia y me mojaba, saltando en los charcos sin importar que terminara empapada.
Luego el humo del tabaco era tan espeso, y me gustaba sacarlo por la nariz.
Ahora llega a desagradarme un poco.
El humo de la marihuana es diferente.
No me desagrada pero hay un olor especifico simplemente me encanta.
Desde que fume por primera vez hasta este momento e aprendido a distinguir.
No todas las motas huelen igual, ni saben iguales.
Cada viaje, te hace recordar y pensar.
Cuando fumo no hay pensamiento alguno que no analice.
Ni cosa alguna que no me aga pensar, en realidad pienso en todo.
Es como una serie de pensamientos juntos en tan poco tiempo.
Tanto que analizar.
Y te aceleras, tu corazón lo hace.
Y después se detiene, llegas a perder la noción del tiempo.
En la tranquilidad.
Donde solo te encuentras tu y tu mente.
Llega a pasar tan rápido, pero en realidad y apenas han pasado unos cuantos minutos.
Tantos olores, tantos recuerdos.
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